La guerra en Ucrania es una vergüenza, es una tragedia humanitaria que pensábamos no volvería a ocurrir en territorio europeo, pero ahí está, incentivándose cada día con el envío de armas desde Europa y desde Norteamérica. Que la Unión Europea anunciara , ya hace días, un «Fondo europeo para la paz» cuyo material son las armas, es el eufemismo más atroz que he escuchado nunca. Y me indigna, y me sube la rabia a la cabeza, y me hace vomitar. El parlamento europeo ha equivocado su estrategia de apartar a Rusia de centroeuropa, y al gobierno ruso, dominado por una oligarquía heredera del comunismo, no le ha interesado el parlamento europeo, para así gobernar a su aire y establecer su territorio a la antigua usanza imperialista.

Y mientrastanto, miles de toneladas de cereal ucraniano está almacenado en los silos portuarios sin poder salir en barcos hacia sus destinos habituales pues los militares no se ponen de acuerdo. Han colocado tantas minas defensivas en la costa de Odessa los propios ucranianos que ahora ni sus barcos pueden salir del propio puerto: un boomerang que irónicamente redunda en sus agricultores y población vulnerable de países pobres que basan su dieta en el cereal. Y como falta cereal en el mercado internacional suben los precios y aún mayores dificultades tendrá la población que depende de ellos. ¡Qué vergüenza la guerra de Ucrania! y todas las guerras que llevan años como la de Siria, Palestina, Yemen o el Sahel.
Que los jefes de estado europeos y también norteamericanos, con intereses hipócritas y armamentísticos, incentiven esta guerra en vez de negociar un alto el fuego es el juego eterno y masculino del «por mis cojones que yo voy a ganar» y de esta manera se justifica la industria armamentística, que mueve miles de millones de euros en el mundo.
Pero negociar no quiere decir ganar o perder, negociar es perder un poco, quizás territorio y poder para Ucraina pero ganar en vidas, prosperidad y paz. Por ahora parece que eso no interesa y millones de ciudadanos han huído del país: otros se han quedado y malviven y muchos son heridos o han perdido a hijos y parientes.
¿Cuánto durará esta guerra? Los analistas de política internacional dicen que va a durar y es cierto pues parece que no hay ganas de negociar. Y mientrastanto nos enteramos que en Madrid los días 29 y 30 de junio España organiza la próxima cumbre de la OTAN, en el Recinto Ferial IFEMA. Este año se cumple el 40º aniversario de la adhesión de España a la Alianza Atlántica. ¿os acordáis del grito «OTAN , de entrada NO» ? Pues estamos metidos hasta los huesos, veremos qué sucede y qué decisiones toman ante los conflictos armados del mundo. Está visto que volvemos a la Guerra Fría aunque está más caliente que nunca.