
Christophe André, monje budista;Matieu Ricard , psiquiatra; y Alexandre Jollien, filósofo
«Si hoy te sientes desanimado ¡actúa!, llama al móvil de alguien e intenta animarle tú a él» El filósofo suizo que escribe en francés, Alexandre Jollien, lo dijo anteayer 14 de enero en una entrevista de Victor M. Amela de «la contra» en el diario LA VANGUARDIA. Y es que este filósofo padece parálisis cerebral a causa de la asfixia con el cordón umbilical al nacer. Pero es todo optimismo y sapiencia. Ha editado varios libros y da conferencias. Él y sus amigos Christophe André y Mathieu Ricard acaban de publicar un libro «Viva la libertad» en la editorial ARPA. Correremos a comprarlo, en estos días de pandemia donde todos actuamos como borregos porque no nos queda más remedio y el gobierno nos impide ejercer la libertad.
En su entrevista Jollien habla de la libertad interior y de la posibilidad de crecimiento y transformación del ser humano. Y evidentemente creo en ello, pero siempre que ese individuo le ponga esfuerzo y pasión. ¡Cuántos alumnos conozco que ponen cero interés en mejorar o en aprender! Ahí está la libertad: en escoger aprender o no aprender, en ser buena persona o no serlo, en amar o en odiar… Ahí está el esfuerzo en superar vanidades y prejuicios, egoísmos y orgullos.
Leeremos «A nous la liberté», voz principal de la Revolución Francesa de 1789 que estos autores han recogido como título para su conversación socrática sobre el mundo, la pandemía y la responsabilidad individual y colectiva.
He aquí algunas fantásticas respuestas de Jollien ante las preguntas del periodista Amela:
Si hoy me siento desanimado, amigo Alexandre, ¿qué puedo hacer?
Actúa. ¡Actúa! O sea, llama al móvil de alguien e intenta animarle tú a él, ¿vale?
Vale. Temo a la covid, ¿qué hago?
No por eso dejes de vivir, de cumplir tus obligaciones, de bajar la basura a la calle.
Y un día llegará la muerte y le dará igual si yo soy libre o no soy libre.
Pero si eres libre morirás alegre. Si no eres libre, morirás aterrorizado. Tú mandas.
Y usted, ¿cómo querría morir?
Alegre y en paz, actuando, a lo Montaigne: “Estaré cultivando el huerto y no me importará ni la muerte ni mi imperfecto huerto”.