Ya ha llegado el verano, y con él la playa y el buen humor. Una toalla, las zapatillas, el traje de baño y un vestido playero ya son suficientes para darse un remojón.
Lo mejor: llegar en bici, en silencio, y dejarla sobre la arena.
De vez en cuando se encuentran hallazgos, como este del menú, que me hizo reír.