¡Qué gracia tienen los andaluces cuando hace calor!
Julio en Granada fue insoportable. Un calor que algún día alcanzó los 44 grados, visto con mis propios ojos en un termómetro de la ciudad. Las noches no eran mejores puesto que el calor impregnaba las paredes y solo de madrugada el aire de la sierra refrescaba los cuerpos.
Buscamos una piscina desesperadamente puesto que la piscina universitaria del campus de Fuentenueva, que está muy cerca de casa, está cerrada esperando que la universidad pueda financiar su reparación. Encontramos una piscina estupenda cerca. Forma parte de un gimnasio llamado «O2, Centro Wellness Neptuno», lo recomiendo. Por sus servicios y por la simpatía de su personal. www.o2centrowellness.com/