El camino no fue largo ni cansado. Íbamos alegres a observar como se escondía el sol en la Sierra de Cazorla y el reflejo de su luz sobre el pueblo de Vélez Blanco. Precioso pueblo en la comarca de los Vélez, antigua frontera del reino nazarí.
Desde lo alto del Maimón Chico tuvimos una visión espectacular. Rosados y naranjas se escondían por el horizonte, mientras las luces de las calles encendían sus farolas y una visión mágica surgía ante nosotros. Se ha de estar ahí para verlo, porque las fotos no reflejan la hermosura que veían nuestros ojos.