La perversidad de las redes

la Vanguardia_telefónicaEl domingo 2 de mayo salió este anuncio de Telefónica, en portada y a cuatro páginas, en todos los diarios de Cataluña, y no sé si de España. La noche anterior, «Informe semanal» programa de la cadena de televisión estatal pública, explicó la gran reconversión de la banca en España este año, donde se impone lo virtual vía Internet, y despiden a  20.000 trabajadores  porque han cerrado oficinas,  han inundado de cajeros automáticos el territorio y  obligan a los clientes a gestionar a través de la gran red telefónica sus asuntos bancarios.

Pero ese cambio, solo favorece al dueño del banco y al sector de las telecomunicaciones, que son los que se están «forrando» puesto que el cliente se encuentra perdido con las dificultades de conexión, con la cantidad de códigos secretos que debes resolver, con los fallos en la red y los cajeros y con largas colas si quieres que en alguna oficina te atienda un gestor. Porque claro, si uno no es trabajador de banca no tiene porqué conocer los sistemas bancarios. Y hay gran parte de la población que no tiene ordenador o no sabe cómo manejar las aplicaciones. Mal servicio y más trabajo para el cliente.

Durante el desconfinamiento fui a mi oficina de Banco Santander a buscar dinero al cajero. Resulta que en la puerta había una señora de unos 60 años que me pidió ayuda para introducir dinero en el cajero. Yo fui a comentárselo al oficinista que estaba detrás de la mesa para que la ayudara pero negó su ayuda diciendo que no podía salir al cajero. ¡Sería que tenía miedo de acercarse a la clienta! pues no hubo manera que el gestor cogiera el dinero de la clienta, que llevaba en la mano un fajo de billetes para introdurcirlos en una cuenta donde esperaban el dinero urgentemente y pagar el alquiler. Pues yo empecé a buscar cómo hacerlo en el cajero y fue bien complicado. Finalmente volví a entrar a la oficina y le pedí al gestor que me explicara qué paso estaba haciendo mal. El hombre se dignó a levantarse y aconsejarme ¡desde la puerta! qué pasos seguir en la manipulación del cajero. Por fin el cajero se tragó el fajo de billetes y pudimos confirmar la operación. ¡Pobre mujer! Me agradeció enormemente la ayuda y yo me enfadé muchísimo con el gestor. ¿No hubiera sido mucho más fácil y rápido que el gestor hubiera aceptado el fajo de billetes y los hubiera puesto en la cuenta del cliente. Él sabía la manera, él trabajaba para el Banco de Santander, nosotros no.

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