Lunes 6 de abril, cuarta semana de confinamiento.
Cuando el presidente Pedro Sánchez anunció el sábado pasado que alargarían dos semanas más el confinamiento se me hundió el mundo. Cuando el día anterior, nos dijeron que escuelas e institutos no habrirían hasta mitades de mayo y los profesores deberíamos hacer clases on-line, mi cabreo fue mayúsculo.
Me tengo que reinventar y organizar, sino me hundo.
Horario estricto, pues así aprovecho el tiempo. Nunca mi casa ha estado tan limpia y ordenada…tampoco puedo cambiar muchas cosas. Es lo que es y hay lo que hay. Ya me gustaría empezar de nuevo pero hay demasiados recuerdos y demasiados años recorridos. Anulo viajes, anulo visitas y una boda. Leo el periódico: en Suecia no hay confinamiento, tampoco es tan estricto en Alemania u Holanda dónde la gente puede pasear y hacer deporte si lo hacen solos o de dos en dos y sin necesidad de máscara y aquí quieren que no salgamos y si salimos, que sea solos y con máscara y sólo para ir a la farmacia o al super. Muchos ni salen de sus casas. Tienen miedo.
En el supermercado la encargada me ha hecho callar porque hablaba con un compañero del trabajo, claro que yo hablaba muy alto pues estábamos a dos metros de distancia. Es cierto, tampoco es manera de hablar y comentar lo que estaba sucediendo y que me oyeran los demás. Y es que soy la abogada del diablo pues critico las medidas de confinamiento y seguridad tan radicales que nos hace parecer zombis a todos: solos, enmascarados, sin tocarnos, sin hablarnos, tensión en la piel. Para mí, todas estas medidas de seguridad en las tiendas son absurdas. Siempre hemos estado rodeados de virus, nos vamos inmunizando, es el hecho de estar vivos , de ser naturaleza, de aceptar su juego.
Y por el telediario han dicho que a las personas que tengan el virus pero sean asintomáticas, ¡les van a obligar a estar en cuarentena en los hoteles! ¿Están de cachondeo? Luego, con la boca pequeña dicen que quien quiera podrá quedarse en su casa. Eso es mejor, pero vaya jugada, después de un mes y medio encerrado, tenerte que quedar dos o tres semanas más. ¡Es el acabose! Y es que este país ya parece la China, donde los ciudadanos viven con miedo y controlados por el Gran Hermano, que es el estado dictatorial y el 5G.