Hoy a las ocho de la tarde ha sido emocionante. Estaba yo mirando una película (me he pasado la tarde hundida en el sofá viendo una película tras otra como una boba) y de pronto oigo gritos en la calle. Me levanto a mirar por el balcón ¿qué es tanto escándalo si está prohibido salir? Y es que la gente estaba en los balcones, con sus luces encendidas y aplaudiendo y gritando vítores a los sanitarios del país. Me han saltado las lágrimas. Todos los balcones estaban abiertos, y de todos salía una luz cálida y multitud de gente aplaudiendo:¡vivimos! ¡vive alguien ahí!
en el supermercado
Y también deberíamos aplaudir a los trabajadores de los supermercados por la paciencia que tienen con los clientes. Estaba yo en una cola esperando pagar y entra una mujer estúpida con una mascarilla gritando desde lejos: «ustedes deben estar a dos metros de distancia» y yo le he contestado (porque no me puedo aguantar), «pues usted cuando venga la gripe el año que vine también se pone a dos metros de distancia… » y he pensado, mejor callarme…. y entonces ha venido a hablar conmigo el encargado del supermercado a decirme que no hiciera fotos y que las borrara, que tenía que pedir permiso, y yo le he dicho»pero soy periodista, ya le firmo una solicitud» «no, hoy no puede ser» me ha contestado; y yo le he comentado que esas estanterías vacías de carne salían por la tele y que quería tener mis propias fotografías sobre el ambiente que había en el lugar. Pues me ha hecho borrar las cuatro fotos que yo tenía para ilustrar mi artículo sobre las compras del sábado. Así está el patio.
Conclusión: cuando haga fotos lo he de hacer muy disimuladamente.
Esta mañana he salido a comprar y no habían mercados
de verdura en las calles, solo estaban abiertos aquellos que están bajo techo pues son los paradistas los únicos que tocan el producto. Había muy poca gente en el mercado de Cuba por ser un sábado, y es que nadie se atreve a salir en coche y muchos ya tienen la nevera muy llena o se lo hacen llevar a sus casas. Yo como soy atrevida, he salido a comprar y a estirar las piernas, pues ya llevaba varios días sin salir de casa. Por suerte tengo un balcón lleno de flores donde leo cada mañana.
Parece que esta semana van a haber más restricciones al movimiento, pero en mi barrio estamos todos muy quietos, solo se oyen los pájaros y un niño jugando a pelota a lo lejos.