Cada día he pasado por delante de esta noria enorme, magnífica, que recuerda a la gran noria del Támesis, el «London eye». Vino la feria y ya marchó. ¡qué recuerdos de juventud en los autos de choque cuando con las amigas, nos íbamos cada día para ligar con los chicos de Santa Ana y Valldemia. Ese frenesí, esa excitación duraba lo que duraba la feria, y luego quedaba un camino largo hasta la siguiente convocatoria festiva: Las Santas, a finales de julio. ¡Qué recuerdos!Han pasado los años. Ha pasado el frenesí de la juventud; han muerto los padres y ahora la madurez aporta otra visión: cierto cansancio y la perentoria necesidad del CARPE DIEM, VITA BREVIS.