Ayer vi la película «El insulto». Es una película libanesa que expone las dificultades de la reconciliación en un país que ha sufrido la guerra civil. El director Ziad Doueiri relata de una manera magnífica la difícil convivencia entre personas de distinta religión y costumbres, en este caso un cristiano libanés y un palestino musulmán. Empieza el problema por un insulto, y el conflicto se hace tan grande que se desboca y mobiliza a la población del país.
El director de «El Insulto», que hizo su formación en Estados Unidos al lado de directores tan conocidos como Quentin Tarantino, ha sabido mostrar con dinamismo y veracidad los problemas de su país; un país que, constituído en república en 1946 después del protectorado francés, era ejemplo de convivencia y desarrollo económico en Medio Oriente. Sin embargo, se vió invadido a principios de los 70 por Palestinos de la OLP, lo que ocasionó una guerra civil entre cristianos y musulmanes que duró 15 años (1975-1990). Además en 2006 hubo también una lucha violenta entre el ejército de Israel y Hezbola, lo que destruyó aquello que se estaba reconstruyendo…..
Así pues, los habitantes del país tienen numerosas heridas sin cerrar y su vida no es fácil. Eso es lo que retrata magistralmente Ziad Doueiri. Por eso «El insulto»recibió en 2017 el premio a mejor actor en el Festival de cine de Venecia, el premio del público en la Seminci de Valladolid y fue nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa.
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