
Que la luz del sol nos acompañe en este difícil nuevo año.
Restricciones, miedos, anulaciones, suspicacias, represión en forma de mascarillas y prohibiciones. No parece aún que el estado nos deje actuar con libertad. Viajar está complicado. Llevamos ya dos años de paranoia y para los que estamos acostumbrados a movernos sin restricciones este control acérrimo a través de la vacunación y controles en las fronteras con medios electrónicos nos vuelve locos.
Deseo, para el nuevo año, que desaparezca este miedo al COVID, y podamos tener resfriados sin sentirnos culpables, y besar y abrazar a quien queramos sin restricciones. Amen.